Y más para el pollo frito que, en los últimos años, se ha convertido en una gran opción para matar el hambre a cualquier hora.
El alto consumo de pollo, sumado al crecimiento económico del país, ha animado a las empresas de comida rápida a asumir los riesgos de importantes inversiones.
"En el mercado boliviano, el rubro de comida rápida es el que ha presentado los mayores índices de crecimiento”, afirma un documento enviado a Inversión por Industrias Copacabana, dueña de la cadena más importante de pollo frito del país: Pollos Copacabana.
La empresa cuyo producto podía ser sólo adquirido en La Paz, pese a que su fama había rebasado fronteras departamentales y nacionales, en los dos últimos años ha abierto sucursales estratégicas en El Alto y Santa Cruz.
Pero este año el atractivo mercado del pollo frito atrajo a una compañía global con más de 70 años de historia y fama: Kentucky Fried Chicken (Pollo Frito Kentucky, en español), más conocido en el orbe por sus siglas KFC.
"El país tiene un alto índice de consumo per cápita de pollo, un nivel inclusive mayor al de países vecinos: está entre el cuarto y el quinto lugar en Latinoamérica”, explica Sergio Hanna, gerente general de Delosur, la empresa que este año abrió el mercado boliviano, y en específico el cruceño, para la KFC mediante una franquicia.
Un estudio de mercado de esa corporación, efectuado antes de introducir la marca al país, demostró que un 81% de las personas consume pollo como opción de comida rápida en el país.
Ése fue el incentivo para que una empresa con sede en Perú (Delosi) se anime a pagar la franquicia para Bolivia -donde se denomina Delosur- e instalar un espacio en el Ventura Mall y mandar a construir una moderna sucursal en Santa Cruz.
Apostó por esa urbe pues sus estudios de mercado determinaron que se come mucho pollo en diferentes preparaciones, aunque el frito se ve en menos lugares que en La Paz y Cochabamba, donde esta preparación se prefiere al estilo crispy (con cobertura crujiente).
Pollos Copacabana, conocedora del mercado boliviano por más de 30 años, afirma que éste es altamente demandante y que además sus requerimientos son regionalizados. "Bolivia tiene un componente cultural que marca las diferencias de las exigencias en cada región”, asegura.
Consciente de este ingrediente local, la franquicia de la cadena nacida en Estados Unidos tomó previsiones y pidió la aprobación de algunos acompañamientos diferentes a los que se ofrecen en el país de origen o en otros y, por ejemplo, logró la aprobación de acompañamientos de arroz, llajua y ensaladas para ofrecerlos con el pollo y las papas fritas.
Disputa por el mercado
Para ingresar al mercado nacional del pollo frito, la franquicia KFC de Delosur efectuó hasta el momento una inversión de al menos 2,5 millones de dólares, con lo que, según Hanna, el mercado boliviano se ve beneficiado, ya que con la llegada de franquicias los estándares de calidad se superarán aún más.
"La Paz nos interesa, nos apasiona. También son más fáciles muchas cosas para nosotros en La Paz, por la cercanía a la frontera con Perú para las importaciones y, de hecho, la vista está puesta allá para que, si no es en los últimos meses del próximo año, estemos en 2016 en esa ciudad”, anuncia Hanna.
Pollos Copacabana, una marca 100% paceña, al margen de preocuparse por esto considera que "la expansión en el rubro ha permitido que las empresas asuman retos para sostener su negocio y alcanzar los niveles de competitividad que hagan frente a la nueva competencia”.
Son optimistas ante la presencia de cadenas internacionales, puesto que para ellos representa un gran reto en el mercado, en el cual sólo aquellas que puedan ponerse a la par en cuanto a calidad, atención y servicio al cliente, limpieza y sabor, marcarán las tendencias de consumo y preferencia.
La fórmula del servicio de Pollos Copacabana, desde que comenzó a trabajar hace 30 años, le permitió un crecimiento sostenido, que ha consolidado la apertura de ocho sucursales estratégicamente ubicadas en La Paz y El Alto y dos en la ciudad de Santa Cruz, que actualizan constantemente sus ofertas de acuerdo con los requerimientos de los clientes.
La empresa sigue atentamente las tendencias del mercado y las exigencias de los clientes, lo cual ha posibilitado, asegura, que desarrolle productos satisfactorios; con ese fin, depuran la información mediante estudios de mercado y sugerencias de los clientes más asiduos, que son depositadas en notas en los buzones de cada sucursal o mediante las redes sociales.
Además de su sucursal en el Ventura Mall de Santa Cruz, próximamente inaugurará su segunda casa en esa ciudad, en el Cine Center.
La compañía está segura de la preferencia de los consumidores en el Ventura Mall, donde están "orgullosos” de competir al lado de franquicias internacionales; "es un reto que la marca no podía perder”, asegura la empresa, pues tienen "todas las condiciones y un excelente producto para competir a ese nivel”.
Rápida expansión
KFC aspira a crecer con rapidez. Hasta el próximo año, prevé la apertura de 10 agencias más en la capital cruceña e ingresar con fuerza a La Paz entre fines de 2015 e inicios de 2016.
Ante la inminente batalla por el mercado del pollo frito, Sergio Hanna -de KFC- asegura que "su empresa ve a Pollos Copacabana con mucho respeto”, ya que es un producto que tiene presencia hace muchos años en La Paz.
Destaca que si bien en La Paz hay preferencia por el pollo frito estilo crispy, la corporación KFCha otorgado permiso a Delosur para ofrecer esa opción, además del arroz cuya receta fue elaborada por un equipo de chefs bolivianos, al igual que la de la tradicional llajua, que irá con otras salsas.
"Yo creo que en La Paz hay mercado para satisfacer con ambas marcas. Será el servicio y la calidad los que determinarán hacia donde se inclina el público”, afirma el gerente de Delosur.
Los lineamientos que operan en la industria de la comida rápida y que causan cambios, tanto en la forma de su desarrollo como en las reglas de juego, son el comportamiento del consumidor en preferencias, gustos, valores, actitudes y otros.
Para Pollos Copacabana, este comportamiento está cambiando de manera tal en el país se está trasgrediendo el concepto tradicional de comida hogareña para adoptar la cultura de la comida rápida e informal, que por factores como el tiempo, la distancia, el tráfico y horarios está de acuerdo con el estilo de vida de las nuevas generaciones.
Estos factores son las barreras a vencer para ingresar a un mercado nuevo dentro del país. "Son retos para la industria que se pueden vencer, no los vemos como dificultades sino más bien como oportunidades de negocio”, afirman en Pollos Copacabana.
El sabor del pollo frito familiar
José Hugo Camacho Prado y su esposa Martha García Ágreda, decididos a entrar en el rubro de la comida rápida, abrieron la primera sucursal de Pollos Copacabana el 1 de julio de 1984, en la calle Comercio de la ciudad de La Paz.
Con el transcurso del tiempo, aquel restaurante se consolidó como una empresa fuerte y respetable, lo cual permitió a esta pareja realizar su sueño empresarial, que además creó fuentes de trabajo para muchas familias bolivianas.
A lo largo de 30 años, Pollos Copacabana se posicionó en la mente de los fanáticos de la marca por factores como su indiscutible sabor, pues es una marca caracterizada por reunir a la familia.
Sus diferentes opciones en cantidad, acompañadas de papas y plátanos fritos, la han convertido en la cadena de pollo frito favorita sobre todo en La Paz, pues supo mantener en todos estos años una calidad uniforme, lo que ha posibilitado que sea reconocida y apreciada por consumidores de todo el país.
El semanario Bolivian Business mantuvo a la cadena de Pollos Copacabana por siete años consecutivos como "la marca más poderosa en el rubro de la comida rápida del país” y, entre una larga lista de premios, en 2010 el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz le concedió el Premio Empresarial + a la Calidad Empresarial Líder, además de nombrarla como "El Sabor del Bicentenario” y, en julio de 2011, la concedió la condecoración "Prócer Pedro Domingo Murillo” en el grado de Honor Cívico.
La receta del coronel Sanders
KFC es una cadena global de restaurantes de comida rápida, especializada en pollo frito con más de 18.000 restaurantes en 120 países. El grupo nació en 1939, cuando Harland D. Sanders comenzó a preparar pollo crujiente en su restaurante de North Corbin (Kentucky) a partir de una receta de 11 especias y aromas, que hasta ahora es un secreto.
Sanders era hijo de una familia de granjeros de Henryville (Indiana). Tras la muerte de su padre, su madre necesitaba que sus hijos trabajaran, por lo que éste comenzó a cocinar desde sus seis años. En 1929, abrió una gasolinera en North Corbin y después habilitó en el mismo local el pequeño restaurante Sanders Cafe, donde comenzó a preparar su pollo frito.
Su labor fue reconocida por el gobernador del estado, quien le otorgó en 1936 el título honorario de Coronel de Kentucky. El "Coronel Sanders” controló la compañía hasta 1964, cuando la vendió a un grupo de inversores.
La agencia central en Santa Cruz fue conceptualizada por un equipo de profesionales bolivianos que fueron capacitados sobre los requisitos de la marca.
Crece la producción y el consumo de pollo
Según el último boletín estadístico del Insituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), la crianza de pollos parrilleros entre 2008 y 2013 acumuló casi 939 millones de aves en todo el país, principalmente en los departamentos de Santa Cruz y Cochabamba.
En 2013, la producción de carne de pollo en Bolivia llegó al pico más alto con 450 mil toneladas y la producción de huevo superó las 1.500 millones de unidades en 2013, un 11% más que en 2012.
Entre 2005 y 2012, Santa Cruz fue el principal proveedor de carne de pollo con un promedio de 54% del total de la producción nacional y La Paz, donde se consumen 58,88 kilos de pollo por persona al año, supera el promedio nacional, según el análisis del Instituto Cruceño de Estadística (ICE) y de la Asociación de Avicultores de Cochabamba.
En los últimos seis años, el consumo per cápita de pollo parrillero creció 23% y de huevo 13,5%, según el IBCE.
Los estudios del ICE informan que el consumo nacional per cápita de pollo se incrementó en un 250% en las últimas dos décadas.
Los departamentos que menos se alimentan de esta carne avícola son Beni y Pando con 5,07 kilos por persona al año, ya que se trata de regiones ganaderas donde predomina el consumo de carne de res.
Las estadísticas de la Asociación de Avicultores de Cochabamba revelan que Brasil tiene un consumo por persona de 47 kilos al año; le siguen Argentina con 38 kilos; Perú con 37 kilos y finalmente Chile con 34,4 kilos.
Según el último boletín estadístico del Insituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), la crianza de pollos parrilleros entre 2008 y 2013 acumuló casi 939 millones de aves en todo el país, principalmente en los departamentos de Santa Cruz y Cochabamba.
En 2013, la producción de carne de pollo en Bolivia llegó al pico más alto con 450 mil toneladas y la producción de huevo superó las 1.500 millones de unidades en 2013, un 11% más que en 2012.
Entre 2005 y 2012, Santa Cruz fue el principal proveedor de carne de pollo con un promedio de 54% del total de la producción nacional y La Paz, donde se consumen 58,88 kilos de pollo por persona al año, supera el promedio nacional, según el análisis del Instituto Cruceño de Estadística (ICE) y de la Asociación de Avicultores de Cochabamba.
En los últimos seis años, el consumo per cápita de pollo parrillero creció 23% y de huevo 13,5%, según el IBCE.
Los estudios del ICE informan que el consumo nacional per cápita de pollo se incrementó en un 250% en las últimas dos décadas.
Los departamentos que menos se alimentan de esta carne avícola son Beni y Pando con 5,07 kilos por persona al año, ya que se trata de regiones ganaderas donde predomina el consumo de carne de res.
Las estadísticas de la Asociación de Avicultores de Cochabamba revelan que Brasil tiene un consumo por persona de 47 kilos al año; le siguen Argentina con 38 kilos; Perú con 37 kilos y finalmente Chile con 34,4 kilos.
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